Hay cosas que uno ve por la calle y piensa: vale, el mundo se ha ido definitivamente a la mierda.
Pero lo de este kiosko de León…ya roza lo paranormal.
Porque sí, en pleno León —capital del Reino histórico, tierra de cecina, pendones y orgullo leonés—, se está vendiendo un peluche de oso de Castilla y León con el jersey de “Castilla y León”.¿Pero qué demonios hace un oso de Castilla y León en un kiosko de León?
Y ojo, ¡a 11,90 €!
Ni que el bicho viniera con un título nobiliario de la Junta bajo el brazo. Allí está, en el escaparate, tan feliz, con su bandera cuartelada de leones y castillos (mitad gloria, mitad trauma histórico) y su cara inocente, como si no supiera que representa uno de los mayores errores identitarios de toda España.
Porque claro, el pobre oso no tiene la culpa. Él no pidió nacer con un jersey institucional. Pero alguien, en algún despacho o almacén de souvenirs, decidió que era buena idea vender un peluche que celebra una comunidad autónoma inventada en 1983 y que todavía hoy levanta ampollas.
Y ahí lo tienes: el símbolo de la unión “forzada”, ahora convertido en peluche premium, más caro que una ración de morcilla en el Húmedo.
¿Quién compra esto? ¿Turistas despistados? ¿Espías de Valladolid infiltrados? ¿O simples coleccionistas de aberraciones regionales?
Quizá lo más grave es que, si te fijas bien, el osito tiene una mirada que parece pedir ayuda. Como diciendo:
“Sácame de aquí, quiero ser solo leonés y que me cambien el jersey por uno más cazurro.”
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